
Por lo pronto le dije que ni se preocupe por el compromiso con Neal, pues la tía Elroy no podrá contradecirme. Yo soy el tutor legal de Candy y mientras ella no tenga la mayoría de edad, no puede casarse sin mi consentimiento. Esto último no fue del todo de su agrado, pues ella considera que es libre y puede casarse con quien quiera me guste o no. Rápidamente le aseguré que yo nunca me opondría a su voluntad. En verdad, yo no pienso nunca imponerle nada a Candy. Quiero que siempre escoja libremente, aunque no me escoja a mí.
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