Hoy vino James Cuthbert a verme muy contento después de charlar con mi "hermana adoptiva". Diantres, ¿Será que Candy le dijo a James que somos hermanos por adopción? Podía haber dicho que soy su tutor... pero no debo quejarme, fui yo el que ocasionó este aprieto. Ahora no deja de hablar de ella, quiere verla este fin de semana y yo estoy que me lleva el tren.
Sea como sea, se apuntó para comer con nosotros este Sábado. Él mismo quiere ir a buscar a Candy, pero me opuse, argumentando que yo vivo más cerca de ella. James ni siquiera sabía que vivo en Lakewood. Pensará que nuestra familia no está nada unida.
Desesperado, fui a buscar a Mae para pedirle consejo y de paso para hacerle saber nuestros planes. Ella me invitó a tomar el té en casa de su tía. ¡Cómo me hacía falta un oído amigo! Antes tenía a Candy, pero a raíz de mi idiotez ya no tengo su confianza. Fue hermoso poder contarle a Mae todo lo que me ocurría y saber que ella no me juzga, como harían otros menos comprensivos que ella.
- Déjame ver si te entiendo. ¿Dices que terminaste por enamorarte de tu pupila?
- Sí, no te burles.
- William, no me burlo. Yo me daba cuenta de que le tenías un cariño muy especial, un cariño con el que yo no era capaz de competir.
- ¿Me vas a reclamar ahora el que hayamos terminado?
- ¡Por supuesto que no! No te lo había dicho, pero me hiciste un favor. Después de tu partida conocí a un médico sudafricano con el que estoy comprometida. Si regresé a América es porque la situación en África es bastante inestable. Ya vendrá él a alcanzarme más tarde.
Yo estaba anonadado al oír todo esto.
- Mae, admito que me sorprendes, pero a la vez te felicito. Me da gusto que estés enamorada y seas correspondida. Yo, en cambio, me he metido en un lío enorme y no veo cómo salir de él.
- Pues podrías empezar explicándole al Señor Cuthbert que Candy para tí no es una hermana, sino una amiga muy querida. Y también deberías disculparte con Candy por no haberla presentado debidamente.
- ¿A qué te refieres? la presenté como "Candice Andrew".
- Ahí te equivocas William. Podías haber aclarado que era una amiga tuya. Pero como fuiste tan impreciso, James Cuthbert asumió lo obvio y decidió buscar la amistad de Candy. ¿Nunca le has preguntado a Candy si desea conservar tu apellido? Mientras no aclares estas cosas, no veo cómo puedas cortejarla. Y lo que menos debes hacer es alejarle los moscardones. Candy no es de tu propiedad, y puede ser que el Señor Cuthbert le resulte simpático.
Estaba yo asustado al oír todo esto, pero es verdad que nunca había consultado con Candy acerca de su papel dentro de la familia Andrew.
- Mae, ¿qué me aconsejas? Este fin de semana iré por Candy al Hogar de Pony y apenas tendremos tiempo de hablar en el trayecto, pues una vez que ella esté aquí tendremos que lidiar con el entrometido de Cuthbert.
-Tu no te preocupes, ya lo distraeré yo. Lo importante es que cuando veas a Candy te disculpes con ella y le preguntes cómo prefiere ella que la presentes a los demás.
- Pues ya le dijo a James que yo soy su hermano adoptivo.
- No asumas nada. Si Candy fue tan ambigua como tú es probable que él se haya imaginado lo de "hermanos adoptivos". Venga, no te desanimes, y piensa bien lo que vamos a hacer este fin de semana. Te prometo que haré todo lo posible por distraerlo de tu pupila, si crees que eso ayuda en algo.
Que bueno es contar con una amiga como Mae. Puedo decir que hablar con ella me dejó un poco más tranquilo, pero sólo un poco...
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