No es fácil dejar partir a Candy, pero alguna vez le prometí que nunca me opondría a su voluntad. ¿Recordará ella la otra promesa que me hizo? Aquella vez, en el paseo que dimos en coche por el bosque, en la colina que se parecía a lo de Pony, le hice prometerme que siempre compartiría todo conmigo: penas y alegrías.
No le he recordado su promesa, pues no quiero hacerla sentir mal por su decisión. Yo sé que a Candy le gusta sentirse útil y ayudar a los demás. Y aunque en la clínica del Dr. Martin cumple esa función, en el hogar de Pony estará más cerca de los niños, y tendrá la compañía de la Srita. Pony y la hermana María, que tanto la quieren.
Ellas dos deben ser unas personas estupendas, pues Candy las quiere mucho y siempre habla bien de ellas. Creo que me gustaría conocerlas. Podría acompañar a Candy al hogar de Pony. O, mejor aún, organizar una comida para todos los niños y soprender a Candy. Ella está ahora con el Dr. Martin despidiéndose de él. Eso me da tiempo para planear las cosas con George. ¿Debería invitar también a Annie? Ella alguna vez mencionó que echaba de menos a sus maestras... es más, deberíamos ir todos: Annie, Archie y Patty. Así Candy sentirá el apoyo de sus amigos ante su nueva decisión. Y yo tendré la oportunidad de convivir con ella una última vez antes de despedirnos.
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