Candy recibió una carta de la hermana María y la Señorita Pony, quienes están muy contentas de saber que por fin me ha encontrado, y bastante sorprendidas también al conocer la verdad sobre mí. También la han invitado a regresar al hogar de Pony.
Dije una vez que yo deseaba que Candy fuera libre. Mentí. La quiero ver feliz, pero a mi lado siempre. En cambio ella me confesó que desea aceptar la invitación para volver al hogar de Pony de manera permanente y trabajar ahí. ¿Qué puedo hacer? No puedo obligarla a quedarse.
Siento un dolor muy grande. ¿Cómo pude acostumbrarme a su compañía en tan pocos días? Siento que aún nos queda mucho por compartir, que aún puedo ganarme su afecto, pero si se va tan pronto no va a poder ser.
Me digo que el hogar de Pony no está lejos, y que podré visitarla con frecuencia. Pero es muy triste pensar que otra vez estaré solo.
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