viernes, septiembre 08, 2006

El día más dulce

Hoy salió Candy al hogar de Pony. Fue primero a Chicago, a despedirse del Dr. Martin. Yo aproveché entonces para ir por los amigos de Candy y llevar al hogar de Pony los víveres necesarios para una bienvenida digna de Candy.

La Srita Pony y la hermana María nos recibieron con entusiasmo. Estaban muy contentas de ver de nuevo a Annie y me agradecieron todo lo que he hecho por Candy. No tienen nada que agradecer, soy yo quien debería estar agradecido, pues si no fuera por ellas, Candy no sería la muchacha alegre y amable que tan bien supo cuidarme cuando me hizo falta.

Hacía mucho tiempo sentía ganas de volver a la colina donde conocí a Candy hace tantos años... no sé por qué nunca lo hice. Dejé a los demás esperando a Candy y me fui a explorar. La colina es un sitio hermoso. Ahí, bajo un gran árbol, se contempla un paisaje precioso de campos y bosques que recorre un arroyito. Bajo ese árbol estaba yo, pensando si debía o no decirle a Candy que yo la había conocido allí cuando ella era aún muy pequeña y yo tenía diecisiete años. En eso pude ver a Candy, corriendo hacia donde yo estaba. Iba a salir a su encuentro cuando noté que estaba llorando.

Sin darme cuenta de lo que hacía, le dije en voz alta que era mucho más linda cuando sonreía... Ella me oyó y, aunque me reconoció de inmediato, dudó un poco antes de correr a mis brazos. Cuando lo hizo, me abrazó con mucho cariño, como nunca antes. No sabía por qué estaba tan emocionada, hasta que levantó la cabeza y me preguntó: "Albert, tu eres mi príncipe, ¿verdad?" Debí responderle, y confirmar de una vez lo que ella ya sabía, que ese chico que ella conoció hace tantos años en la colina era yo. Pero al ver su carita sonriente, tan cerca de mí, y esa mirada tan dulce, no pude evitar acercar mi rostro al suyo y rozar sus labios con los míos. Fue un instante apenas, pero no quise prolongarlo, angustiado de pronto por lo que había hecho. Tras el breve beso seguí abrazándola, con mi rostro hundido entre sus cabellos y sintiendo cómo ella temblaba de emoción, sin que ninguno de los dos supiera qué hacer.

5 comentarios:

Princess Airin dijo...

Me moríiiiiiiiiii con esta parte del diario!!!

Yo me dejaría besar toda mi eternidad de Albert, sin duda es el hombre perfecto!

Albert te amor :P

Anónimo dijo...

(Ahhh wie geil ist das denn!!!) No me lo van a creer pero esto me hizo gritar de la emoción!
Albert es mi hombre ideal..definitivamente.

Anónimo dijo...

Bello!!!

Unknown dijo...

ohhhh!!!! mi corazón!!!
me ha encantado esta pagina!
gracias

Anónimo dijo...

Ojalá esto hubiera estado en el manga :') <3 que hermosa redacción :D