Ayer no pude terminar de escribir lo ocurrido, solté el llanto como un niño al escribir sobre el incidente en la colina. Estoy desesperado y arrepentido por haber cedido ante el impulso de besar a Candy. Lo peor es que apenas fue un beso. Recuerdo con más viveza la sensación de estar abrazados, el temblor de Candy y mi propio nudo en la garganta. Apenas logro evocar la sensación de sus labios entre los míos, en cambio todavía me angustia la certeza que sentí de inmediato sobre haber estropeado todo. Estuvimos abrazados unos segundos más, pero al separarnos, Candy esquivó mi mirada.
- Nos esperan para preparar la cena - me dijo. No supe qué responder.
Nos encaminamos hacia el Hogar de Pony, Candy caminando delante de mí y no a mi lado. Recuperé la voz y me detuve, tomándola de la mano.
-Candy, perdóname. ¿estás enfadada conmigo?
Ella me miró entonces, con mucha dulzura, pero también con tristeza.
-No lo sé Albert. Estoy muy confundida...- y sin soltar mi mano, siguió caminando hacia el hogar de Pony. Yo me dejé llevar sin saber qué más decir.
La cena transcurrió sin incidentes... bueno, hubo muchas anécdotas que contar, tuve que narrar un poco mi historia de nuevo, y Candy y yo estuvimos respondiendo las preguntas de la Srita Pony, la hermana María y los chiquillos. Cada vez que sorprendía a Candy mirándome el corazón me daba un salto en el pecho. ¿Era reproche lo que transmitía su mirada? ¿O tal vez deseo?
Archie y yo lavamos los platos mientras las chicas ayudaban a recoger la mesa. Yo deseaba hablar con Candy, pero ella seguía charlando con los demás.
Tras la cena busqué el momento de estar con ella, pero fue imposible. No es que me evitara, ¿o sí? Jugaba con los niños y les contaba historias, mientras Annie le contaba a las maestras sobre su vida con los Brighten. Cuando los niños fueron a la cama Candy volvió a participar en la conversación, pero sin darme jamás la oportunidad de estar con ella a solas.
Era ya de noche y Patty hablaba sobre ir a dormir. Archie bostezaba y me daba a entender que ya era hora de irnos. Nos despedimos y partimos sin que yo pudiera hablar de nuevo con Candy.
Y aunque lo hubiera hecho, ¿qué podía haber dicho? ¿Que me perdonara por haberla besado? ¿Que me dejara darle otro beso?
1 comentario:
Debe ser que con ese beso, Candy descubrió sentir algo por Albert.
Al fin y al cabo, fue Albert su primer amor y tal vez ella debió soñar ese momento por años!
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