Candy salió temprano del hospital y quiso sorprenderme a mí, cocinando la cena entera ella sola. ¿Qué puedo decir? Me siento conmovido, aunque el arroz se pegó a la olla, la ensalada estaba marchita y las zanahorias del guisado estaban muy duras. La intención es lo que cuenta, ¿no? Candy se desanimó un poco pero yo le digo que no se preocupe, que irá mejorando poco a poco... Hemos decidido que a partir de ahora vamos a preparar la cena juntos siempre que podamos, así ella irá aprendiendo de mí.
Me gusta mucho sentirme útil, pero no quiero que Candy sienta que no hace ya suficientes cosas por mí. La sigo necesitando mucho, pero creo que ella tiene miedo de que yo la vaya a dejar en cuanto me recupere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario