domingo, junio 04, 2006

Lavando platos

Lo malo de lavar platos es que permite pensar todo el día. Por ejemplo, no dejo de pensar en lo mucho que me entristece el malentendido de ayer. Si yo pudiera, llevaría a Candy de compras para resarcir el disgusto que le causé, pero otra desventaja de lavar platos es que no pagan mucho. En cuanto tenga algo ahorrado, podré regalarle un vestido. Ya me sé su talla de memoria.

Candy reconoce que quizás fueron demasiados vestidos los de ayer, y se disculpa diciendo que está muy sola, que sólo me tiene a mí. En ese sentido, yo estoy igual de solo que ella. Peor, porque al menos ella tiene algunos amigos más. Candy dice que siempre ha sentido afinidad conmigo precisamente por eso, por ser solitarios y no tener ni familia ni amigos.

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