jueves, febrero 22, 2007

James Cuthbert

A veces George me desespera. Hoy me comentó que ayer un mensajero entregó una carta personal para Candy en la residencia Andrew, y que él se ofreció a llevarla al Hogar de Pony. Me dijo también que a su regreso trajo una carta para Annie, y yo, estúpidamente, asumí que quien le había escrito a Candy era Annie. Como si Annie no supiera bien que Candy se mantiene tan lejos como puede de la residencia Andrew.

En fin, que la dichosa carta no fue enviada por Annie, por supuesto, sino por el imbécil de James Cuthbert, quien hoy vino a discutir una vez más sobre los riesgos de invertir en Arabia en estos momentos. Lo primero que hizo fue preguntarme por mi hermana, y al ver que no entendía de qué me hablaba, me explicó que le había enviado una nota ayer a Candice.

La culpa es mía por no aclarar mi relación con Candy cuando los presenté, pero como me tomó totalmente de sorpresa tampoco se me ocurrió qué decirle. Apenas le expliqué que Candy trabajaba como enfermera en un orfanatorio fuera de la ciudad. En lugar de aclarar nuestro inexistente parentezco, terminé por darle las señas del Hogar de Pony de mala gana.

¡Cómo soy estúpido! ¿Qué pensará Candy cuando James se presente sin avisar? Garrapateé una nota y le ordené a George que se la llevara de inmediato. No fui muy amable con él, pero es que debió aclarar que la nota para Candy no la había escrito Annie.

Mi nota decía lo siguiente:

"Candy, hoy el Señor James Cuthbert me dijo que te había escrito ayer porque deseaba conocerte mejor. Sin pensarlo bien, le expliqué dónde vivías y es muy posible que vaya a verte. Espero no haber cometido una indiscresión. Tengo ganas de verte yo también. ¿Quieres venir conmigo este fin de semana? Podríamos enseñarle la ciudad a Mae".

Como la escribí de prisa, no pensé bien en lo que ponía, y ahora me arrepiento de no haber sido más amigable y, sobretodo, de no disculparme por no presentarla debidamente aquél día.

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