sábado, julio 22, 2006

George

Debo hacerle saber a mi tía que me encuentro bien, ella debe estar muy preocupada por mí. No puedo presentarme sin preámbulos en la residencia de los Andrew. Para empezar, porque Neil me reconocería como el tipo que vive con Candy, y por otro lado, por que no sé cuál sería la reacción de mi tía. Temo que revele quien soy ante los Leegan, lo cual ocasionaría toda clase de problemas.

Fui a buscar a George primero. Nunca dudé que seguiría al servicio de mi familia, y dí con él con facilidad, pues conozco bien la oficina que él ocupa desde hace muchos años siempre que se encuentra en Chicago.

George estaba feliz de verme. Nunca esperó encontrarme aquí, y mi historia le sorprendió muchísimo. Él y mi tía incluso pensaban que yo podría haber muerto, y tomaron provisiones para que el control de la familia quedara de nuevo en manos de ella en caso de que se confirmase mi muerte.

Mi regreso va a facilitar las cosas en cuanto al control de las empresas, pero George me advierte que la noticia no le va a caer bien a los Leegan. Sobretodo a mis sobrinos, Neil y Eliza, quienes ya deseaban que se confirmase mi muerte.

De momento todo está bajo el control de mi tía Elroy, como estaba antes de que yo cumpliera la mayoría de edad. Necesito retomar ese control, pero antes de iniciar ningún paso legal, necesito hablar con mi tía. George, siempre tan ingenioso, piensa darle la noticia en secreto, y arreglar nuestro encuentro en Lakewood.

No va a ser un encuentro fácil, pues George me ha contado que mi tía efectivamente está muy preocupada por mí, pero que en estos momentos está furiosa con Candy por los chismes que ha inventado Neal sobre ella. Conozco a esa alimaña y ya me imagino cómo distorsionó las cosas. Mi tía no quiso nunca a Candy y siempre la culpó de todas las desgracias de nuestra familia.

Yo quisiera hablar de inmediato con ella y dejar bien claro que fue Candy quien se ocupó de mí todo este tiempo, pero George no lo recomienda. Teme que la tía piense que estoy bajo la influencia de Candy. Dice que es mejor esperar a que mi aparición como cabeza de familia sea oficial. Entonces tendré mejores posibilidades de ayudar a Candy.

Uno pensaría que es estupendo que Candy, por sus propios medios, haya terminado sus estudios y que tenga trabajo, pero mi tía, por lo visto, no le ve de esa manera. Al menos George está feliz de saber que Candy me ha cuidado todo este tiempo y que a pesar de las intrigas de Neil ella se encuentra bien.

Yo siento lealtad y aprecio por mi tía, pues fue ella quien se ocupó de mí cuando murieron mis padres. Aunque George era quien más tiempo pasaba conmigo, ella siempre me quiso mucho, y como yo era el único hijo varón de su hermano, tenía grandes planes para mí. Siempre toleró mis excentricidades pero se encargó de que no descuidase mis estudios, y supo protegerme a su manera. Me entristece mucho que nuestra relación se haya enfriado tanto desde mi decisión de adoptar a Candy. Entonces yo acababa de cumplir mi mayoría de edad, y ella lo interpretó como un acto de rebeldía de mi parte.

Ahora me sorprendo al pensar en la niña rubia que rescaté de la cascada, tan indefensa y sola, convertida en una mujer independiente que ha afrontado tantas amarguras y retos sin perder la alegría. Ella sigue muy triste por Terry. Hoy la vi llorar en compañía de Poupée. Ella no me vió, pero yo sé que esta sufriendo mucho. No deseo dejarla todavía. Le inventaré alguna historia a mi tía para quedarme aquí un poco más de tiempo.

1 comentario:

Tingalina dijo...

Cuanta coordinacion de eventos! Eres increible!