Normalmente es Candy la que tiene que ponerme de buen humor, pero hoy me tocó a mí la tarea de hacer sonreír a Candy. No fue fácil, y eso me preocupa porque el estado natural de Candy es la alegría. Pero ahora se ha volcado en sus libros de medicina y enfermería y no desea ni siquiera salir de paseo. Si bien sus estudios son una buena distracción, y además redundarán en un mejor desempeño como enfermera, no me gusta ese cambio en ella. Quisiera verla sonreír como antes de su rompimiento con Terry.
Constantemente me pregunto qué estará haciendo Terry, y seguramente Candy también se lo cuestiona. No me he atrevido a mostrarle los recortes de periódico que hablan de su mala actuación como Romeo, pero creo que tarde o temprano se va a enterar de todas formas.
No sé si Terry haya consolidado su relación con Susana, pero lo dudo bastante. Sigo pensando que quedaron muchas cosas por decir, y que de alguna manera Candy debería encontrarse de nuevo con Terry para que pudieran aclarar sus sentimientos. No me atrevo a decirle a Candy lo que opino por no lastimarla más. O tal vez por que en el fondo prefiero ver a Candy lejos de Terry. Soy el mismo egoísta de siempre.
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