La tía Elroy vino a visitarme y me pidió que de momento me mantuviera lejos de Chicago y de la familia. No es difícil atender los negocios desde aquí, pero hay asuntos que a la larga voy a tener que arreglar tanto en Chicago como en otras ciudades. La tía no volvió a mencionar a Candy, afortunadamente.
Temo que Neil vuelva a intentar otro truco sucio así que le pedí a George que tuviera a Candy bien vigilada. Eso sí, insistí en que hubiera mucha discreción, pues ya aprendí que los vecinos se dan cuenta de todo y no quiero ocasionarle más problemas a Candy.
Parece ser que Candy ha comenzado a colocar carteles con mi retrato por todo Chicago. Pobre Candy. Detrás de ella alguien los va quitando para evitarme problemas a mí. ¿Qué sucedería si mi tía Elroy se topara con alguno de esos carteles? No quiero imaginarlo. Tengo aquí uno de ellos y lo encuentro divertido. Se nota que lo ha dibujado el Dr. Martin y me siento culpable porque debe estar usando todo su tiempo libre en ello. Si dejo que esto continúe, peor me voy a sentir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario