miércoles, agosto 30, 2006

Fantasía

Ahora que Candy está conmigo me siento muy contento y tranquilo. Ella va a Chicago todos los días a la clínica del Dr. Martin, y yo a veces la acompaño para atender algún negocio importante. Pasamos las tardes juntos, platicamos y convivimos siempre con alegría. Si cenamos en casa, soy yo quien cocina con ayuda de ella, quien desea seguir aprendiendo de mí.

¿No es esto lo más parecido al matrimonio? Para efectos prácticos, vivimos bajo el mismo techo y hasta compartimos el mismo apellido. Me gusta pensar que así seguiremos siempre, y que ella estará a mi lado de ahora en adelante. Sé que no es más que un truco de mi imaginación, pero me dejo llevar por ella. Yo, que siempre he estado solo, soy ahora incapaz de imaginar mi vida sin Candy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora que leo esto, me siento mas enamorada de Albert! <3 <3

Patty Castillo dijo...

Me encanta esta frase de que Albert ya no se imagina su vida sin Candy y yo creo que a Candy le pasa lo mismo porque de Albert era de la unica persona que Candy no aceptaria un adios, siempre le dijo hasta pronto...nunca hubo una despedida definitiva entre ellos, ella siempre queria volverselo a encontrar, verlo de nuevo y siempre pensaba en el, en como se encontraria Alber cuando no sabia nada de el, me encanta lo que escribes, realmente me fasina, sigue escribiendo.