Candy se encontró a Patty hoy en la iglesia. Recibió otra carta de Stear desde el frente y fue a dar gracias. Ojalá sigan llegando sus cartas, pues las buenas noticias alegran mucho a Candy, aunque hoy ella me miraba preocupada. Supongo que las vecinas le habrán inventado algún chisme sobre mí, pues hoy al salir de casa las oí murmurar, pero ella no se atreve a preguntarme nada.
La parte legal de mi herencia ha quedado arreglada, y una vez más soy yo quien tendrá la última palabra en cuanto a las empresas de la familia. Respecto a la familia misma, mi tía sigue llevando la batuta, lo cual me parece perfecto pues no quiero lidiar con un montón de gente malcriada justo ahora.
Estoy limpiando un poco la villa del bosque cerca de la cascada donde conocí a Candy. Creo que preferiría vivir allí y no en Lakewood, como sugiere mi tía, pero George le da la razón a ella en ese sentido. Lakewood está más Cerca de Chicago, donde yo tengo muchos asuntos que arreglar. La residencia de los Andrew, en Chicago misma, sería mejor todavía, pero ni la tía quiere explicar mi presencia a los Leegan ni yo tengo ganas de vivir con ellos.
Vivir en Lakewood no me parece una mala idea, en especial porque sospecho que a Candy le gustaría ir a vivir ahí conmigo cuando se sepa la verdad sobre mí.
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