Es tan bonito olvidarse de los problemas al lado de Candy... Estuvimos perdiendo el tiempo todo el día, pescando, trepando árboles, jugando con los animales, tomando el sol mientras Candy me cubría con guirnaldas de flores... Vuelvo a sentir el sosiego que sentía en esos días que pasé al lado de ella, antes de recuperar la memoria. No quisiera dejarla ir, pero ambos tenemos responsabilidades.
Por lo pronto le dije que ni se preocupe por el compromiso con Neal, pues la tía Elroy no podrá contradecirme. Yo soy el tutor legal de Candy y mientras ella no tenga la mayoría de edad, no puede casarse sin mi consentimiento. Esto último no fue del todo de su agrado, pues ella considera que es libre y puede casarse con quien quiera me guste o no. Rápidamente le aseguré que yo nunca me opondría a su voluntad. En verdad, yo no pienso nunca imponerle nada a Candy. Quiero que siempre escoja libremente, aunque no me escoja a mí.
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