George recogió a Candy en Lakewood para llevarla a la fiesta de compromiso. Mi tía no sabe que Candy estuvo aquí conmigo, y por supuesto nunca me comunicó su decisión respecgto al compromiso y dudo mucho que anticipara mi presencia. Sin embargo, asistí sin ser invitado. ¿No soy acaso el dueño de la casa Andrew y puedo ir y venir cuando me plazca?
Fue muy divertido. Candy llegó con retraso, pero estaba preciosa, vestida como si de verdad fuera su fiesta de compromiso, sólo que lo primero que hizo fue anunciar frente a todos los invitados que se rehusaba a casarse con Neil, y cuando mi tía la hizo callar intervine yo, dejando a mi tía muda. Neil me reconoció como "el tipo que vivía con Candy", con lo cual mi tía entendió entonces que la enfermera que me había cuidado durante mi convalescencia había sido Candy. Estaba muy avergonzada. Frente a todos, me presenté como William, el heredero de los Andrew, y le dejé bien claro a Neil que Candy sólo se casaría cuando ella quisiera y con quién ella quisiera.
La sala se llenó de voces y cuchicheos y le sugerí a Candy que era mejor vernos más tarde afuera, cerca del lago. Varios de los invitados querían conocerme y darme la bienvenida a Chicago, y se habían olvidado ya del motivo de la fiesta. A partir de ahora, la familia tendrá que lidiar conmigo y no con la tía Elroy. Mi hermana, preocupada por Neil, no se dignó a saludarme siquiera. Tras responder las preguntas de algunos curiosos y tranquilizar a mi tía, que estaba hecha un manojo de nervios, salí al jardín.
Encontré a Candy, como siempre, trepada sobre un árbol. Le aseguré que nunca más tendrá que preocuparse por la tía Elroy y estuvimos hablando un poco sobre las responsabilidades que tengo ahora. Yo temo convertirme en una persona gruñona como mi tía, pero Candy no lo cree posible. Para ella, es más probable que yo dirija a la familia desde la copa de un árbol.
Le propuse a Candy dejar el departamento y venir a vivir conmigo a Lakewood, y ella aceptó de inmediato. Por fin vamos a estar juntos de nuevo. George va a tener que llevarla y traerla de Chicago todos los días para que pueda seguir trabajando con el Dr. Martin.
1 comentario:
Albert es tan fascinante, inteligente y encantador.
Yo quiero un hombre igual a él, Candy tiene muuucha suerte definitivamente...
Exceptuando al baboso de Neal, siempre ha estado frecuentada por excelentes hombres.
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