No sé por qué al planear las cosas no siempre medito en todas las consecuencias. Estos días estuvimos esperando a que Candy recibiera el paquete, con la esperanza de que el anzuelo funcionase. Efectivamente, sabemos que Candy fue a Rockstown en cuanto recibió mi paquete, pero no sabemos más.
Debí mandar a alguien a seguirla hasta Rockstown, pero me pareció demasiado vil. Ya me siento bastante culpable por tener a alguien espiándola todos los días. Me dije que si de verdad estoy haciendo esto por ella, debo respetar su privacidad al menos cuando esté con Terry. Lo malo es que no sabré nunca lo que suceda cuando se encuentren.
¿Y si no se encuentran? O peor, si logran encontrarse, ¿se reconciliarían? Tendría que abandonar toda esperanza de poseer algún día el cariño de Candy. Estoy de pésimo humor y George se da cuenta. Él participó en esta aventura con mucho entusiasmo, pensando en que hacíamos algo bueno por Candy, pero creo que ya sospecha que yo también me enamoré de ella y que no deseo perderla.
1 comentario:
Pobre Albert, no sabe que hacer, pero siempre me ha parecido de un actuar desinteresado, dejando a un lado su felicidad por el de Candy; así él no lo crea.
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